Escuché en la radio pública madrileña, Onda Madrid, a la copresentadora del magazín matutino, Begoña Tormo, decir que ella no iba a ir a Preciados a comprar porque el Ayuntamiento de Madrid obligaba a circular en una u otra dirección por esta calle y por la paralela. Para los no residentes en la capital, a través de esta se puede completar la distancia de 300 metros que lleva de la Puerta del Sol a Callao, mismo trayecto que se puede hacer por la calle del Carmen (paralela). En 300 metros hay tres calles en las que, si el viandante cambia de idea o se ha confundido, puede cambiar de dirección y, además, comercios como Zara o Fnac tienen doble entrada por ambas rúas. Me reservo mi opinión sobre la reflexión de la citada periodista que, recordemos, trabaja en el ente público.
Es que ya os digo que está todo muy loco. Argentina ha condenado por primera vez y con varias cadenas perpetuas a los responsables de los conocidos como "vuelos de la muerte". Era el sistema que la dictadura de este país latinoamericano utilizaba como forma de exterminio. Unas 4.000 personas fueron lanzadas al mar desde aviones militares después de ser drogadas. En España, no es que el PP torpedee la Ley de Memoria Histórica, es que Mariano Rajoy no entiende que una calle dedicada a un militar de Franco, Salvador Moreno, haya sido rebautizada como Rosalía de Castro. Es más, se atreve a hacer chascarrillos a este respecto. Es curioso que el presidente del Gobierno de España no se molestara en saber quién era el individuo que daba nombre a la calle en la que vivió de niño en Pontevedra. Sin comentarios.
Todo esto es de locos. Resulta que el programa Salvados invitó a Marta Rovira, de ERC, y a Inés Arrimadas, de Ciudadanos, a un debate televisivo a pocos días de comenzar la campaña electoral para los comicios catalanes. Ninguna de las dos fue capaz de decir la cifra de parados de la región. Ahora bien, la candidata de los republicanos no dudó en poner el grito en el cielo porque Miquel Iceta, del PSC, bailó en El Intermedio. El convergente Jordi Turull, que va en las listas de Junts Per Catalunya y fue uno de los miembros del Govern encarcelados, se lo reprochó al socialista en un debate televisivo en el que coincidieron. CiU pudo apoyar los recortes de Rajoy, pero ¿bailar? Eso sí que no.
La locura en su punto álgido. Lidia Serna, eurodiputada por Alternativa Galega de Esquerda, presentó la siguiente pregunta en la cámara comunitaria. No es broma:
"Las vacunas contienen aluminio, escualeno, antibióticos y polisorbato, entre otros componentes. Asimismo tienen efectos colaterales, contraindicaciones y muchos efectos secundarios y adversos que pueden aparecer después de la vacunación, llegando en algunos casos a provocar la muerte.
1. ¿No considera la Comisión que sería necesario garantizar que las familias y el personal sanitario reciban información sobre todos los efectos secundarios que puede producir cada componente de las vacunas, que las vacunas estén sujetas al cuestionario prevacunal elaborado por los colegios de médicos y que se instaure el consentimiento informado?
2. ¿No considera la Comisión que ningún Estado miembro debería obligar a la población a someterse a una práctica de riesgo y que la vacunación no debería ser obligatoria en ningún Estado, dado que nadie ha podido demostrar la seguridad de las vacunas?".
En Marea, Anova y Esquerda Unida han expresado públicamente que no comparten su postura. La pregunta que me hago es: ¿Con qué lucharía la señora Serna contra la hepatitis o la viruela? ¿Con caldo de pollo y mucho cariño?
Ya os digo, está todo muy loco.