Los partidos viven pendientes de que sus candidatos puedan colocar cuatro ideas en los informativos del mediodía y de la noche. Eso explica que, por ejemplo, la prioridad del grupo de Ciudadanos en la Diputación de Valladolid, un órgano pensado para velar por los intereses de la provincia, sea aprobar una propuesta para restaurar la seguridad ciudadana en Cataluña. Es algo que no va a tener ninguna trascendencia en la vida de los de los hombres y mujeres corrientes de Valladolid, pero el 30 de octubre, a algo más de 24 horas para que comience la campaña electoral, lo que importa es que en la provincia de Valladolid se hable de la seguridad de los catalanes. Por supuesto, PP, PSOE y Vox votaron a favor de la misma, porque ninguno puede permitirse a las puertas de la campaña que los tachen de antiespañoles.
Todas las campañas me molesto en abrir y leer la propaganda electoral de los partidos, aunque sepa que no serán mis elegidos a la hora de ir a votar. Esta vez, he escudriñado con más atención lo que me han echado al buzón. Antiguamente, ponían bastante más énfasis que ahora en lo que mandaban a las casas, pero en la actualidad es un asunto testimonial. Saben que tienen que enviar su propaganda, pero ya no adjuntan trípticos extensos en los que analizaban con más o menos detalle sus propuestas. Una vez más, intentan colocar cuatro ideas principales y a correr.
El primer sobre en llegarme fue el de Vox y era una bandera de España. Dentro, lo esperado: unidad del Estado, defensa de las tradiciones, combatir la inmigración ilegal, recentralización de competencias y luchar contra la «dictadura progre», entre otras sandeces. La palabra «España» está dos veces y «españoles», tres. Se les ha colado un «ONGs» , que es un error de bulto en mi opinión. Unidas Podemos, por su parte, envía una carta de su líder, Pablo Iglesias. En pocas líneas, intentan ir a lo sentimental sin ninguna propuesta concreta: recuerdan al votante que apoyaron la moción de censura, la subida del salario mínimo y que siguen apostando por un ejecutivo de coalición. Me dejó bastante frío.
Ciudadanos ha prescindido esta vez de los criticados sobres de plástico que utilizó hace unos meses. Fue una gran torpeza en un momento en el que se buscan alternativas más respetuosas con el medio ambiente que este material. El sobre es naranja y lleva una foto de Rivera y Arrimadas. En el interior, la misma foto y otra de Rivera en solitario. En la correspondencia enviada a los electores de la Comunidad de Madrid, se esfuerzan por recordar que están en el gobierno regional y en el del Ayuntamiento de Madrid, como si tuvieran miedo de que la presencia de su gente quedase diluida detrás de las figuras de Díaz Ayuso y Martínez-Almeida. En cuanto a propuestas, todo son vaguedades sobre la defensa del español como lengua vehicular, los precios del alquiler y los pisos ocupados. De todos los envíos, tal vez es el que da la sensación de estar hecho con menos amor.
El PSOE no arriesga. Sobre sobrio con el logo del partido y el eslogan de la campaña.Más presencia del blanco que del rojo. Es el único que no adjunta una foto de su candidato. En su carta, Pedro Sánchez utiliza la palabra «España» en ocho ocasiones (más que ningún otro) y «gobierno» en siete. Reparte culpas sobre el bloqueo institucional, promete un gobierno estable y hace una ensalada de menciones sobre diversos temas: de Cataluña al Brexit, pasando por la educación, la ecología y la violencia machista.En la línea de Unidas Podemos, parece que buscan cumplir el expediente y poco más. Ahora bien, no es tan triste como lo enviado por Ciudadanos ni tan ridículo como lo de Vox.
La propaganda electoral del PP puede ser la más completa de todas. El sobre es azul, tan llamativo como el de Ciudadanos, pero la foto de Pablo Casado solo aparece en el interior. El líder de los populares se esfuerza en su misiva por presentarse como la alternativa sensata a Pedro Sánchez y subraya que viene una crisis económica y que son la única garantía ante el apocalipsis. Atrás queda el exceso de testosterona que derrochó en primavera por miedo a Vox. Cita a «España» en seis ocasiones. En la parte trasera del folio, incluye un decálogo de propuestas. Es el único partido que se ha molestado en enviar una carta de su candidato y algo aseado sobre el programa (sin ser nada del otro mundo).
En definitiva, lo mejor de esta campaña es que durará solo una semana. Pese a todo, puede hacerse larga, pero creo que no moriremos en el intento de llegar al domingo. Así sea.