En un momento de vacío en la franja televisiva de la noche del sábado, La Sexta supo programar un programa para hablar de política. Lo llamó La Sexta Noche, una denominación más informativa que original, y funcionó. Este show ha significado la consagración de Pablo Iglesias, que comenzó yendo como profesor de universidad y ahora va como líder de una formación con serias aspiraciones para las elecciones generales.
Desde el sábado pasado, les ha salido competencia. Telecinco es como los equipos de fútbol que dirige un jeque árabe: compra a base de talonario lo que no tiene en casa. Gracias a este modus operandi, Sandra Fernández, directora de La Sexta Noche, se marchó a Un tiempo nuevo, la apuesta de Mediaset para recuperar el formato de La Noria o El gran debate. Por su parte, el contraataque de los de Atresmedia fue llevarse a Juan Ramón Gonzalo Carballal, director de El programa de Ana Rosa.
Reconozco ciertos prejuicios hacia la programación de Telecinco, que está acostumbrada al morbo y la farándula por encima de mi aguante. Haciendo de tripas corazón, me puse como objetivo ver el nuevo programa para poder opinar. Sandra Barneda, la presentadora, me parece una buena profesional, pero fue parte de La Noria y El gran debate y su presencia sugiere cualquier cosa menos un tiempo nuevo en la cadena. Tienen buenos colaboradores, como Pepa Bueno o Fernando Garea, y gracias a ellos la entrevista a Cristobal Montoro, ministro de Hacienda, no fue del todo blanda. Todo hay que decirlo: la música del vídeo de presentación del ministro estaba bien elegida, con The Hives o The Black Keys animando la pieza audiovisual.
Javier Ruiz me parece un buen copresentador, además de un hombre con una trayectoria de sobra contrastada. Es un muy buen comunicador. El formato de los gráficos que presenta es mucho más potente que la rústica pizarra de La Sexta Noche. Pero bueno, les diré que me parece que tiene su punto el uso de un artilugio tan clásico en el tiempo de la tecnología.
Tras Cristobal Montoro llegó un careo entre miembros de PP, PSOE, IU, UPyD y Podemos en el que se escuchó mucho ruido y poco más. Eso sí, Juan Carlos Monedero, que iba en representación de la formación más joven, dejó una perla cuando le dijo a Rafael Hernando, del PP, que "si no quiere hacer un circo (del debate), no haga afirmaciones payasas", cuando el popular trató de mezclar por enésima vez a Podemos con Venezuela. ¿Qué vino después? Un debate de periodistas un poco embarullado, una entrevista a Bertín Osborne y una mesa final en la que la intención era tratar temas de actualidad con un punto de humor y frivolidad.
Cosas de la vida, La Sexta Noche eligió ese mismo sábado para marcar su récord de audiencia. Personalmente, Un tiempo nuevo no me hizo demasiada ilusión. Recordaba demasiado a viejas apuestas de Telecinco con un intento de regeneración con lo que le ha dado éxito a su competencia de Atresmedia. Veremos qué ocurre en próximas fechas.
Desde el sábado pasado, les ha salido competencia. Telecinco es como los equipos de fútbol que dirige un jeque árabe: compra a base de talonario lo que no tiene en casa. Gracias a este modus operandi, Sandra Fernández, directora de La Sexta Noche, se marchó a Un tiempo nuevo, la apuesta de Mediaset para recuperar el formato de La Noria o El gran debate. Por su parte, el contraataque de los de Atresmedia fue llevarse a Juan Ramón Gonzalo Carballal, director de El programa de Ana Rosa.
Reconozco ciertos prejuicios hacia la programación de Telecinco, que está acostumbrada al morbo y la farándula por encima de mi aguante. Haciendo de tripas corazón, me puse como objetivo ver el nuevo programa para poder opinar. Sandra Barneda, la presentadora, me parece una buena profesional, pero fue parte de La Noria y El gran debate y su presencia sugiere cualquier cosa menos un tiempo nuevo en la cadena. Tienen buenos colaboradores, como Pepa Bueno o Fernando Garea, y gracias a ellos la entrevista a Cristobal Montoro, ministro de Hacienda, no fue del todo blanda. Todo hay que decirlo: la música del vídeo de presentación del ministro estaba bien elegida, con The Hives o The Black Keys animando la pieza audiovisual.
Javier Ruiz me parece un buen copresentador, además de un hombre con una trayectoria de sobra contrastada. Es un muy buen comunicador. El formato de los gráficos que presenta es mucho más potente que la rústica pizarra de La Sexta Noche. Pero bueno, les diré que me parece que tiene su punto el uso de un artilugio tan clásico en el tiempo de la tecnología.
Tras Cristobal Montoro llegó un careo entre miembros de PP, PSOE, IU, UPyD y Podemos en el que se escuchó mucho ruido y poco más. Eso sí, Juan Carlos Monedero, que iba en representación de la formación más joven, dejó una perla cuando le dijo a Rafael Hernando, del PP, que "si no quiere hacer un circo (del debate), no haga afirmaciones payasas", cuando el popular trató de mezclar por enésima vez a Podemos con Venezuela. ¿Qué vino después? Un debate de periodistas un poco embarullado, una entrevista a Bertín Osborne y una mesa final en la que la intención era tratar temas de actualidad con un punto de humor y frivolidad.
Cosas de la vida, La Sexta Noche eligió ese mismo sábado para marcar su récord de audiencia. Personalmente, Un tiempo nuevo no me hizo demasiada ilusión. Recordaba demasiado a viejas apuestas de Telecinco con un intento de regeneración con lo que le ha dado éxito a su competencia de Atresmedia. Veremos qué ocurre en próximas fechas.
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