Hoy, 1 de julio de 2017, comienza una nueva edición de la ronda gala, aunque esta circunstancia queda en un segundo plano por las terribles noticias que llegaban esta mañana desde el Nanga Parbat. Alberto Zerain se encontraba subiendo el noveno pico más alto de nuestro planeta y segundo de Pakistán, pero desde el 24 de junio no hay noticias de él ni de su acompañante, Mariano Galván. Tras varios vuelos de helicóptero, infructuosos por el mal tiempo, su equipo ha informado de que en la última posición conocida de ambos alpinistas se desprendió una placa de nieve que terminó formando un alud. Lamentablemente, descartan la posibilidad de que existan supervivientes.
Desde que somos niños, en los colegios de Euskadi nos enseñan a amar la montaña y nos invitan a disfrutar de ella. Son muchos los que deciden hacer de esta actividad su oficio y, por este motivo, somos una región con gran tradición mendizale. Supongo que cuando emprenden una expedición a alguna de las cordilleras con cumbres que finalizan en los ocho mil metros, saben que existe la posibilidad de no volver. Es una actividad noble pero peligrosa.
Me escuché varias veces aquella grabación que citaba en el reportaje "A rueda", porque me impresionaba que desde allí arriba y tras semejante esfuerzo se pudiera hablar con tal tranquilidad y buen ánimo. Tristemente, Alberto Zerain y Mariano Galván no podrán enviar un mensaje similar a aquel desde la cima del Nanga Parbat. El alavés sumaba ya diez de los catorce "ochomiles" y su compañero argentino había coronado siete. La conocida como la "montaña asesina", en la que más de ochenta personas han fallecido, ha mostrado su cara más cruel a estos dos superhéroes. Agur eta ohore.