Con menos ánimo, acudí a votar en junio de 2016. Qué despropósito. No pudieron formar Gobierno en los primeros meses de año y ahí estábamos de nuevo, ante las urnas. Aquella noche recibí con desazón los resultados de los comicios generales. Otra vez ganaba el PP y mejoraba los resultados. Uno se pregunta en qué piensa la gente cuando deposita su voto.
Ahora, cuando van a cumplirse dos meses de la repetición de las elecciones, empiezo a estar muy saturado. Se me hizo bola la segunda campaña electoral y en estas nuevas negociaciones he petado. Podemos no sale de las mismas coletillas (no es un juego de palabras) de hace un año. La gente y los de abajo. Los de abajo y la gente. Es legítimo esperar algo más profundo. En Ciudadanos han olvidado ya que existe Venezuela y ahora juegan con Albert Rivera a imaginar que tienen un JFK naranja que, en realidad, parece más una mala imitación de Groucho Marx. Estos son mis principios; si no les gustan, tengo estos otros.
El PSOE. Ay, el PSOE. Ni está ni se le espera. Es triste, pero es así. Han cosechado sus dos peores resultados electorales de la historia de manera consecutiva y aún celebraban el no sorpasso de Podemos. Y, por si fuera poco, tienen a Felipe González ejerciendo de conciencia, como si de Pepito Grillo se tratase, pidiendo dejar gobernar a la derecha. Sí, lo que oyen.
Opinadores de aquí y de allá nos dicen que lo responsable es que gobierne el PP, que ha ganado las elecciones. Obvian que en el sistema español gobierna el que logra más apoyos y no tiene por qué ser el más votado. Pero no lo hacen por despiste, es por sentido de Estado. Tócate los pies.
Hablemos del PP. Mariano Rajoy es el presidente de este partido en el que lo normal es formatear 35 veces los discos duros de su extesorero, que ha gestionado la financiación ilegal en el chiringuito de Génova durante años, antes de destruirlos físicamente. Del mismo modo, Mariano Rajoy es el que nombró ministro del Interior a Jorge Fernández Díaz, el de la “policía patriótica”. De la trama Gürtel o la Púnica ni hablamos. Me pregunto: ¿Lo responsable es alzar al poder a este hombre cuatro años más? ¿Eso es sentido de Estado? ¿Les da seguridad que este señor maneje el país?
No me corresponde a mí formar gobierno ni lograr las mayorías suficientes para la investidura, pero lo que sí les puedo asegurar es que un nuevo ejecutivo del PP (aunque sea con satélites de otros colores) no es lo responsable. Ustedes sabrán si quieren dejar el volante de la nave de nuevo a un kamikaze.