El mismo día que el fallo de la justicia europea copaba todos los titulares, en el Ayuntamiento de Bilbao se celebraba el tradicional brindis navideño. Raquel González, del PP, y Jone Goirizelaia, de EH Bildu, compartieron fotografía, copa de champán en mano, con el resto de portavoces de los grupos municipales. Aún resiste en la memoria colectiva el revuelo que formaron los populares el año pasado cuando Idoia Mendia, secretaria general de los socialistas vascos, compartió un reportaje con fotografías distendidas en una sociedad gastronómica de San Sebastián (publicado por El Diario Vasco) con Arnaldo Otegi, líder de EH Bildu. También estaban Andoni Ortuzar, presidente del PNV, y Lander Martínez, secretario general de Podemos en Euskadi. El PP de Bizkaia ha justificado el brindis diciendo que no se ha hecho de manera privada y que no iban a dejar vacío el hueco del constitucionalismo que representan en el consistorio bilbaíno. Resulta curioso que, por lo tanto, consideren «privado» un reportaje que se publicó en la portada de uno de los diarios más vendidos del País Vasco.
El jueves dio para más. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, cuando le cuestionó Ángel Gabilondo, líder del grupo parlamentario socialista, en la Asamblea de Madrid sobre los presupuestos regionales, dijo que cómo iba a presentar el proyecto presupuestario «Si a lo mejor de ministro de Hacienda a partir de enero tenemos a un etarra ». Es una afirmación tan estúpida que no merece ni respuesta.
Qué paciencia con los políticos que nos han tocado. Lo peor: que no se ve luz al final del túnel. Con actitudes así solo cargan de argumentos al que, desde la barra del bar, dice aquello de que todos son iguales. Es mentira, pero cada día es más difícil de demostrarlo.