Mis padres, un donostiarra que creció en la dictadura y una gallega, no hablan euskera y una de sus preocupaciones fue que tanto mis hermanas como un servidor saliéramos bilingües de la educación obligatoria. Mi eterna gratitud a ellos. La inmersión lingüística se ha demostrado exitosa y necesaria y me pregunto qué criterio están utilizando en Cataluña otros padres para pedir un 25% de la educación en castellano y cuál es el de los jueces para permitirlo. ¿Por que no el 15% o el 35? Es una decisión que no responde a ningún criterio técnico y sí a uno ideológico. Sé que es un melón peliagudo, pero igual habría que abrirlo: ¿Dónde debería terminar el poder de los padres para decidir sobre la educación de sus hijos y empezar la protección de los menores por parte del Estado? Porque, en el caso de Cataluña, yo lo que veo es que un menor se va a ver perjudicado por una decisión sin ninguna base.
Por si las moscas: huelga decir que los menores, especialmente indefensos, merecen una especial protección. Huelga decir también que las amenazas que han sufrido un niño y su familia por llevar el sistema lingüístico catalán ante la justicia merecen la mayor de las condenas.
En fin, lo dicho: inmersión sí.