Le han dado más horas de televisión durante este fin de semana que a todos los galardonados con el Premio Nobel de este año y hemos asistido a una corriente dentro y fuera de las redes sociales que lo tilda de genio o ejemplo. Vamos a ver, este chico se sacaba fotos con rostros conocidos y ha declarado en público que quería negociar un indulto para la infanta Cristina, involucrada dentro del caso Nóos por delitos fiscales, y desestabilizar a ERC para que la consulta catalana se fuera al garete. ¿Eso les parece admirable? Que la mente de un joven esté tan contaminada por los comportamientos corruptos de la clase política y busque con artimañas hacer caer el movimiento independentista y sacar del hurto de fondos públicos a la hermana de Felipe VI por la puerta de atrás es, cuando menos, despreciable.
Si se confirma que Francisco Nicolás dice la verdad, tendremos que hacer una limpieza tan grande entre los altos mandos españoles por haber dejado el futuro del país en manos de esta persona que nos vamos a quedar solos. Si, por el contrario, resulta que Fran -como le gusta que lo llamen- miente, deberíamos hacer una reflexión profunda de qué tipo de individuos estamos creando en sociedad.
Hace un tiempo, recuerdo que salió a la palestra un hombretón, exmilitar de Estados Unidos, que decía que él había matado a Osama Bin Laden, terrorista de Al Qaeda que, supuestamente, perpetró el 11-S. Andaba dando conferencias de costa a costa estadounidense y recibía los vítores y aplausos de sus compatriotas. Pensé que era una "americanada" que tanto les gusta y una irresponsabilidad y fanfarronería por parte del tipo salir a contarlo. Siempre supuse que estas cosas las dejaban los gobiernos en manos de, entre comillas, héroes anónimos que nunca salían a fardar. Ahora aparece en España Francisco Nicolás, con esa pelusilla en la papada y esa dicción mediocre, y descubre presuntos secretos de Estado en hora de máxima audiencia. ¿Se acuerdan del programa La parodia nacional? "Para que goce el personal, la parodia nacional".