No me gustaría que este detalle cayera en saco roto. Esta política formó UPyD para acabar con el turnismo entre populares y socialistas y, cuando una formación que no es la suya consigue que se tambaleen los cimientos de PP y PSOE, no hace otra cosa que cargar contra Podemos. Su postura ante el grupo de Pablo Iglesias y compañía hay que seguirla en el tiempo. Al día siguiente de los comicios europeos, Rosa Díez valoró los resultados de su partido, PP, PSOE y Podemos con estas palabras: "En España todo llega más tarde, pero llega. El bipartidismo español era una anomalía y en estas elecciones los españoles han empezado a comportarse como el resto de europeos, como demuestra la fragmentación del voto y el auge de partidos populistas de izquierdas y de derechas".
Ayer en La Sexta suavizó su discurso -tras observar que el lanzamiento sistemático de basura da votos a Podemos- y dijo que en UPyD están abiertos a pactar con cualquier formación. Eso sí, apostillando lo siguiente: "UPyD procura huir de ese populismo que halaga el oído a la gente y no explica cómo se consiguen las cosas". Tanto Rosa Díez como su partido son libres de manejar la situación como les venga en gana, pero está feo hacer estas declaraciones sobre parte de la competencia política y luego realizar iniciativas inspiradas en otras que en este país han sido fomentadas por primera vez -como agente político con representación en alguna cámara- por Podemos.
Me refiero a un par de noticias que salieron la semana pasada. Resulta que UPyD lleva gastados en querellas contra corruptos unos 265.000 euros, implicación económica que solo merece felicitaciones. Pero el bolsillo no da para más y emulando a Podemos y otras agrupaciones sociales han lanzado un crowfunding para financiar próximas acciones. También están vendiendo chapas en las que se puede leer "Yo denuncié a Bankia o "Yo denuncié a Pujol" a cinco euros la unidad. Está genial recaudar fondos para una buena causa y es muy honrado el trabajo que están realizando con sus armas legales para luchar contra la corrupción, pero creo humildemente que por la boca muere el pez. No se puede tachar de populismo lo que dicen o hacen otras formaciones que te comen la tostada que tantos años te ha costado hornear y luego, muy sutilmente, imitarlos.