El pasado 10 de mayo, reservamos con cancelación gratuita la citada casa en Booking, gigante mundial del sector con el que, en principio, uno presupone que va bien cubierto. Al día siguiente, el 11, nos pasaron el cargo de 990 euros. Ya que no estábamos seguros con la elección, decidimos cancelarlo haciendo uso de este derecho. El 31 de mayo aún no teníamos noticias del alojamiento y les escribimos. Días después, el 2 de junio, respondieron que procedían a hacer el reembolso. El 8, sin noticias del dinero, les volvimos a contactar y el 12 nos confirmaron que la transferencia estaba hecha. Aquí ya se había cumplido un mes con el dinero secuestrado.
El 19 les escribimos de nuevo porque no teníamos el dinero y no respondieron. El 20, gestionamos la situación con Booking y aseguran que toman cartas en el asunto. Empezábamos a estar por esa época ya un poco desesperados con el tema. El 26, entre tanto, nos responden por Whatsapp desde el alojamiento y nos dicen que la transferencia está hecha sin incidencias. Les pedimos el justificante y, dos días después, el 28, nos dicen que metieron mal el IBAN y que están reclamando el dinero a su banco. Cuando lo recuperaran, en teoría, harían la transferencia de nuevo. Fue la última vez que tuvimos noticias de ellos.
Corría el tiempo y el 19 de julio (ya llevábamos más de dos meses con el dinero secuestrado por el alojamiento con la connivencia de Booking), llamamos de nuevo con Booking. Nos dicen que contactarán de nuevo con el alojamiento y que en cinco días hábiles tendremos el dinero. En ese momento, ya nos sorprende bastante el pasotismo de Booking: desde la primera gestión ha pasado un mes y no han hecho nada.
Entre tanto, se nos ocurrió mirar qué reseñas tenía el alojamiento en Google. Ojalá lo hubiéramos visto antes: resulta que no es la primera vez que le sucede esto a un usuario y es parte de su modus operandi. Con nuestro caso activo y los comentarios que tienen, resulta curioso que, a día de hoy, siga disponible en la web de Booking.
El 26 de julio, en una nueva llamada, Booking nos dice, tras una hora al teléfono, que debemos esperar aún más días para que reclamen al alojamiento la deuda con nosotros. En teoría, este sábado, 29 de julio, finalizaba el plazo para que nos pagaran y ahora Booking estaría "obligado" a hacerse cargo. Tenemos pocas esperanzas de que sea una gestión ágil.
En algo más de una semana, se cumplirán tres meses sin el dinero. Nos lo han secuestrado y Booking no hace nada. ¿Qué valor añadido aporta este gigante del turismo cuando un cliente necesita que hagan una gestión de calidad? ¿Cómo puede ser que un consumidor tenga que prescindir a la fuerza de casi 1.000 euros durante casi tres meses y esto no tenga mayores consecuencias? Muchas preguntas que esperamos no tener que escalar a una asociación de consumidores o a un abogado. Seguiremos peleando; qué remedio.