Es curioso que tras la intervención en La Sexta de Rajoy puedan estar contentos en varias sedes de partidos. En el PP seguro que firmaban un combate nulo como el de ayer en el que su líder no volviera a marcarse un "¿Y la europea?". Los ciudadanos anónimos, por su parte, preguntaron en ocasiones dubitativos y con algo de miedo. No los culpo, no es su trabajo. Hubo tres o cuatro que preguntaron, repreguntaron e hicieron trabajar a Rajoy, pero muy lejos de ponerlo en apuros. Un "La prensa pregunta" hubiera dado más juego probablemente. En las sedes de PSOE, Podemos y Ciudadanos estarán también contentos porque, pese a la balsa de aceite en la que remó ayer, el número uno de la lista de los populares se fue por las ramas y rozó el ridículo cuando, por ejemplo, a una pregunta sobre su continuidad en la política en caso de mal resultado el 20 de diciembre comenzó, aprovechando el origen malagueño del ciudadano, diciendo que había estado de campaña en Málaga y que hacía buen tiempo. "Estuve por la calle Larios y hacía una extraordinaria temperatura", dijo exactamente. De risa.
Reconozco que luché contra el sueño. Fue aburrido, sin miramientos. Es cierto que esta semana me ha costado pasar de las cinco horas seguidas de sueño, pero no justifican que en un momento tan importante de la campaña electoral se me cerraran de manera breve (pero repetida) los ojos. Rajoy es un tostón, no descubro nada nuevo, y lo de ayer fue su obra maestra. La cadena y el programa pusieron toda la carne en el asador, pero él se encontró con unos votantes anónimos tal vez algo impresionados ante el despliegue de medios y seguridad (más de la habitual en La Sexta Noche, según comentó Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, en la entrevista que precedió a "La calle pregunta"), y también por la expectación surgida a causa del perfil bajo que tiene el candidato popular ante cualquier formato que le pueda hacer pasarlo ligeramente mal.
La verdad, visto lo visto, tenía que haberle dado más propina al chico que trajo la hamburguesa a casa. Fue, de largo, lo mejor de la velada junto con la compañía y los comentarios del personal en las redes sociales. Espero que el debate a cuatro del lunes (en el que, por supuesto, Rajoy hará gala una vez más de su perfil bajo y escapista y manda a Karanka, digo... a Soraya Sáenz de Santamaría) sea más productivo.