El año 2015 ha comenzado con tirada de basura a la cabeza entre Telecinco y Antena 3 a cuenta de los primeros datos de audiencia. El primer golpe lo ejecutó Mediaset, con un anuncio en el que se ve un corredor vestido de azul, colores de la empresa, entrenando en campo abierto, mientras otro que va vestido de naranja, color corporativo de la competencia, corre en una cinta en un recinto cerrado y termina cansándose. Llámenme loco, pero el atleta que defiende los colores de los azules está más fuerte que el de los naranjas. La moraleja en forma de eslogan es esta: “Hay quienes corren para cansarse, y quienes corremos para avanzar y llegar más lejos”.
Ni cortos ni perezosos, en Antena 3 se curaron sus heridas y respondieron a través de otro anuncio. El argumento es el mismo y aparecen de nuevo los corredores de camiseta azul y naranja. Esta vez el vigoroso es el de Antena 3 y el que está algo más fuera de forma, el de Telecinco. El de Mediaset termina pringándose en el barro, enfangado en una clara metáfora de lo que en Antresmedia piensan de la programación de sus rivales. Son los abanderados de las series, concursos y programas familiares frente a los gritos, cotilleo y Gran Hermano de los chicos de Paolo Vasile. La moraleja de los naranjas es la siguiente: “Seguimos apostando por la calidad y el respeto, no importa correr más sino llegar a donde queremos”. Más claro, agua. Por si fuera poco, se guardan un dato como golpe final: Antena 3 es líder entre los menores de 65 años. No hace falta ser un lince para entender que insinúan que el público de Telecinco se hace mayor.
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Dicho todo esto y en este momento que vivimos en el que dos grandes grupos, Atresmedia y Mediaset, mandan en la televisión española, hay que comentar que La Sexta, perteneciente a los segundos, no es tan vista como como su hermana mayor, Telecinco o Cuatro (también de Mediaset) pero tiene un público mucho más formado y pudiente gracias a su programación de información y debate plural, donde entran los de Podemos y los del Partido Popular a darse mamporros. Y esto se lo digo de primera mano, de los que trabajan con las audiencias. Tal vez sea cierto eso de que cantidad (de espectadores) no significa calidad (de programación).