ENTREVISTA
"Hemos llevado a Bankia a la Audiencia Nacional y no fue por afán de notoriedad, fue porque quien debía hacerlo no lo hizo"
Entrevista por Ivan Castillo Otero. Fotos por Ángel del Palacio. Publicado en el número 6 (febrero 2015).
Si tuviera siete vidas, como el nombre de aquella serie en la que interpretó a David (un chico que volvía a la vida tras dieciocho años en estado de coma), Toni Cantó habría gastado ya por lo menos una y media desempeñando su rol de padre, actor y político a jornada completa. Antonio Cantó García del Moral nació Valencia el 14 de enero de 1965, dejó aparcada su dilatada carrera como actor en televisión, cine o teatro y desde diciembre de 2011 es diputado en el Congreso por UPyD. Ahora prepara su vuelta a casa, a la capital del Turia, para afrontar una nueva etapa en la Cortes Valencianas. Llega puntual a la cita, se sienta tranquilo y no esquiva ninguna cuestión. El papel de político lo tiene dominado.
Me gustaría enseñarle esta foto (una de la primera temporada de la serie Siete vidas) y que comente qué le evoca.
Fue una época muy especial para mí porque éramos un grupo de gente especial en un momento especial en el que en España estaba comenzando el género de las sitcom. Pasábamos tantísimas horas juntos que éramos como una gran familia. Creo que puedo decir que guardo muy buena relación con todos ellos y muy gratos recuerdos.
¿En qué momento decide entrar en política y por qué en UPyD?
He vivido mucho la politica en mi casa desde pequeño. Hubo un momento en Torrelodones en el que creamos una plataforma llamada Vecinos por Torrelodones para acabar con un gobierno del PP de más de veinte años. Al poco de formarla, estábamos gobernando. A partir de ese momento me doy cuenta de que es posible, que realmente la política es la herramienta para cambiar las cosas. Con una plataforma para acabar con una recalificación salvaje en Torrelodones no podiamos hacer nada sin formar un partido. Con los años me acerqué a UPyD porque era una formación que llevaba un par de cosas que a mí me gustan mucho: la reivindicación del discurso de España como progresista, no esa identificación errónea que se ha hecho desde la izquierda española de que hablar de España es ser facha, y una oposición a un nacionalismo que ha traído a nuestro país grandes problemas. Que estuvieran dentro de UPyD Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán, referentes para mí en cuanto a valentía a la hora de encarar el terrorismo en el Pais Vasco, o Fernando Sabater y Mario Vargas Llosa, dos de mis referentes intelectuales, también me empujaba en esa dirección.
¿Hasta cuándo tendremos a Toni Cantó en la política?
Mientras me lo pase bien (se ríe). Eso me pasa cuando creo en lo que hago y eso es lo que me ocurre ahora mismo. Es cierto que echo de menos el teatro, subirme a un escenario. Series y cine, no; mi vida ha sido sobre todo teatro. Ahora me encamino a una aventura nueva en Valencia, soy candato a la presidencia de la Generalitat y, si todo sale bien, estaré como mínimo cuatro años más en esto. Luego ya veremos.
¿Qué sintió la primera vez que pisó el Congreso y tuvo que intervenir delante del resto de diputados?
Una gran ilusión y un vértigo importante. Siempre pongo el mismo ejemplo: uno puede decir que le gusta mucho el fútbol y lo practica en la calle o con sus amigos, que es lo que me pasaba a mí con la política; pero si te sueltan en medio de un Madrid-Barça de golpe, como fue mi caso, siendo portavoz de ocho comisiones parlamentarias... da un poco de miedo. Los primeros meses no descansaba muy bien.
¿Cree que tiene la formación adecuada para ser diputado o lo ha ido aprendiendo sobre la marcha?
No tenía la formación adecuada ni de coña, pero sí que creo que tengo algunas características buenas y necesarias para practicar la política. No se trata tanto de la formación sino de la capacidad que tiene cada uno absorver información, de empatizar con la gente y de entender la globalidad de los problemas. Creo que eso sí lo tengo.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la vida del Congreso de los Diputados? Para bien y para mal.
Para bien, el sitio. Realmente este es un espacio privilegiado, entendiendo la palabra privilegio como algo bueno y positivo. Este es el lugar si te gusta la política para trabajar. Me va a dar mucha pena si lo abandono para irme al Parlamento autonómico valenciano, pese a que me hace ilusión volver a mi tierra. El Congreso de los Diputados es muy especial, es donde se legisla y donde se practica política de primer orden. Además, hay experiencia personal enriquecedora en cuanto a que me he podido relacionar con gente estupenda en casi todo el arco parlamentario, y los funcionarios y el personal del Congreso son extraordinarios también. Lo negativo para mí, que soy un culo inquieto, son tantas horas de escaño y despacho. A mí me gusta más practicar la política de calle. Todos los días intervengo en pleno y eso está bien, pero echo de menos la parte de la política que es salir ahí fuera, escuchar a la gente y reunirme con las personas que tienen problemas o que están haciendo tan bien las cosas que quiero que me cuenten su fórmula.
Dentro del hemiciclo, ¿quién cree que sería un buen actor? Le dejo decidir si por la planta que tiene o por lo bien que cuenta las mentiras.
No he conocido a ninguno que me haya sorprendido especialmente por sus dotes de interpretación. Lo que sí que he visto a menudo es el cartón de algunos cuando intentan colarnos mentiras y a veces se ve cierta sobreactuación.
Recomiéndeme a un político de la competencia que le parezca un buen profesional.
Tengo mucho respeto por la gente que trabaja mucho y por la gente que es capaz de aportar cierto sentido del humor desengrasante y necesario al trabajo. En ese sentido, alguien que puede aportar esas dos cosas unidas podría ser Emilio Olabarria, del PNV.
Me gustaría enseñarle esta foto (una de la primera temporada de la serie Siete vidas) y que comente qué le evoca.
Fue una época muy especial para mí porque éramos un grupo de gente especial en un momento especial en el que en España estaba comenzando el género de las sitcom. Pasábamos tantísimas horas juntos que éramos como una gran familia. Creo que puedo decir que guardo muy buena relación con todos ellos y muy gratos recuerdos.
¿En qué momento decide entrar en política y por qué en UPyD?
He vivido mucho la politica en mi casa desde pequeño. Hubo un momento en Torrelodones en el que creamos una plataforma llamada Vecinos por Torrelodones para acabar con un gobierno del PP de más de veinte años. Al poco de formarla, estábamos gobernando. A partir de ese momento me doy cuenta de que es posible, que realmente la política es la herramienta para cambiar las cosas. Con una plataforma para acabar con una recalificación salvaje en Torrelodones no podiamos hacer nada sin formar un partido. Con los años me acerqué a UPyD porque era una formación que llevaba un par de cosas que a mí me gustan mucho: la reivindicación del discurso de España como progresista, no esa identificación errónea que se ha hecho desde la izquierda española de que hablar de España es ser facha, y una oposición a un nacionalismo que ha traído a nuestro país grandes problemas. Que estuvieran dentro de UPyD Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán, referentes para mí en cuanto a valentía a la hora de encarar el terrorismo en el Pais Vasco, o Fernando Sabater y Mario Vargas Llosa, dos de mis referentes intelectuales, también me empujaba en esa dirección.
¿Hasta cuándo tendremos a Toni Cantó en la política?
Mientras me lo pase bien (se ríe). Eso me pasa cuando creo en lo que hago y eso es lo que me ocurre ahora mismo. Es cierto que echo de menos el teatro, subirme a un escenario. Series y cine, no; mi vida ha sido sobre todo teatro. Ahora me encamino a una aventura nueva en Valencia, soy candato a la presidencia de la Generalitat y, si todo sale bien, estaré como mínimo cuatro años más en esto. Luego ya veremos.
¿Qué sintió la primera vez que pisó el Congreso y tuvo que intervenir delante del resto de diputados?
Una gran ilusión y un vértigo importante. Siempre pongo el mismo ejemplo: uno puede decir que le gusta mucho el fútbol y lo practica en la calle o con sus amigos, que es lo que me pasaba a mí con la política; pero si te sueltan en medio de un Madrid-Barça de golpe, como fue mi caso, siendo portavoz de ocho comisiones parlamentarias... da un poco de miedo. Los primeros meses no descansaba muy bien.
¿Cree que tiene la formación adecuada para ser diputado o lo ha ido aprendiendo sobre la marcha?
No tenía la formación adecuada ni de coña, pero sí que creo que tengo algunas características buenas y necesarias para practicar la política. No se trata tanto de la formación sino de la capacidad que tiene cada uno absorver información, de empatizar con la gente y de entender la globalidad de los problemas. Creo que eso sí lo tengo.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la vida del Congreso de los Diputados? Para bien y para mal.
Para bien, el sitio. Realmente este es un espacio privilegiado, entendiendo la palabra privilegio como algo bueno y positivo. Este es el lugar si te gusta la política para trabajar. Me va a dar mucha pena si lo abandono para irme al Parlamento autonómico valenciano, pese a que me hace ilusión volver a mi tierra. El Congreso de los Diputados es muy especial, es donde se legisla y donde se practica política de primer orden. Además, hay experiencia personal enriquecedora en cuanto a que me he podido relacionar con gente estupenda en casi todo el arco parlamentario, y los funcionarios y el personal del Congreso son extraordinarios también. Lo negativo para mí, que soy un culo inquieto, son tantas horas de escaño y despacho. A mí me gusta más practicar la política de calle. Todos los días intervengo en pleno y eso está bien, pero echo de menos la parte de la política que es salir ahí fuera, escuchar a la gente y reunirme con las personas que tienen problemas o que están haciendo tan bien las cosas que quiero que me cuenten su fórmula.
Dentro del hemiciclo, ¿quién cree que sería un buen actor? Le dejo decidir si por la planta que tiene o por lo bien que cuenta las mentiras.
No he conocido a ninguno que me haya sorprendido especialmente por sus dotes de interpretación. Lo que sí que he visto a menudo es el cartón de algunos cuando intentan colarnos mentiras y a veces se ve cierta sobreactuación.
Recomiéndeme a un político de la competencia que le parezca un buen profesional.
Tengo mucho respeto por la gente que trabaja mucho y por la gente que es capaz de aportar cierto sentido del humor desengrasante y necesario al trabajo. En ese sentido, alguien que puede aportar esas dos cosas unidas podría ser Emilio Olabarria, del PNV.
¿Tenía relación con Rosa Díez antes de la fundación de UPyD?
No, yo entré en el partido después de la fundación y cuando me afilié, ella (Rosa Díez) ni lo sabía. Un día fui a la sede que está en Madrid y me puse a dispoción de ellos para lo que creyeran conveniente.
¿Qué me diría los de compañeros de partido situados con usted en los escaños del Congreso?
Rosa (Díez) es el ejemplo, la sabiduría y la razón por la cual estoy aquí, vine siguiendola. Carlos (Martínez Gorriarán) sigue la línea de Rosa Díez y que además estuviera en la plataforma ¡Basta ya! es algo que me gusta, porque me parece un acto de una valentía enorme en un momento en el que el País Vasco estaba duro de narices. En aquella época recuerdo entierros a víctmas de ETA a los que asistían cuatro personas y entre estos siempre estaba gente como estos compañeros de UPyD. Aquello me tocó y me cabreaba la cobardía generalizada. Carlos Martínez Gorriarán además tiene una potencia intelectual que yo he visto pocas veces. Álvaro (Anchuelo) es una persona encantadora, con una capacidad de trabajo brutal y un cerebrito increíble. Por último, Irene (Lozano) es una tía a la que admiro mucho, con mucho conocimiento sobre la política, muy cañera y muy valiente. Creo que formamos un grupo curioso porque somos muy distintos y nos hemos complementado bien a la hora de hacer el trabajo en el Congreso.
En las jornadas de puertas abiertas del Congreso colgaron ustedes en sus dependencias dentro del edificio un cartel en el que se leía “zona libre de corruptos”. ¿No cree que de alguna manera es un tipo de populismo? Postureo anticorrupción que lo llamarían ahora…
No es postureo, tenemos cero imputados y no hay ningún partido del Congreso que pueda decir eso. Esto era una mera anécdota que se sobredimensionó por la torpeza de la gente que retiró el cuadro por orden de Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados. Todos los años colgamos uno; el año pasado fue el del reparto del Consejo Superior del Poder Judicial y tuvo bastante trastendencia, pero no similar a la de este año. Insisto en que no es postureo, es un orgullo estar libre de corruptos. No significa que seamos mejores que los demás, sino que tenemos mecanismos que permiten que no haya corruptos. Con este tema el partido no se corta un duro; si lo hubiera, que todavía no ha sido así, saldría pintando de aquí, no existiría ese proteccionismo que sí tienen los demás.
Hablando de corrupción: ¿Qué ha sucedido para que el juez Andreu haya rechazado la petición de UPyD de cárcel para Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, y les acuse de afán de notoriedad y de formular una petición basada en hipótesis?
Nosotros no estamos en absoluto de acuerdo con eso que dice el juez Andreu. Hemos llevado a Bankia a la Audiencia Nacional y no fue por afán de notoriedad, fue porque quien debía hacerlo no lo hizo. Ante una jusicia politizada, una Fiscalía que no funciona y unos controles que debieran ser independientes y no lo son, al final hay gente como UPyD que tenemos que hacer el trabajo que no nos corresponde y que nos cuesta una pasta. Eso no es afán de notoriedad, es hacer la labor que otros no hacen y punto.
No, yo entré en el partido después de la fundación y cuando me afilié, ella (Rosa Díez) ni lo sabía. Un día fui a la sede que está en Madrid y me puse a dispoción de ellos para lo que creyeran conveniente.
¿Qué me diría los de compañeros de partido situados con usted en los escaños del Congreso?
Rosa (Díez) es el ejemplo, la sabiduría y la razón por la cual estoy aquí, vine siguiendola. Carlos (Martínez Gorriarán) sigue la línea de Rosa Díez y que además estuviera en la plataforma ¡Basta ya! es algo que me gusta, porque me parece un acto de una valentía enorme en un momento en el que el País Vasco estaba duro de narices. En aquella época recuerdo entierros a víctmas de ETA a los que asistían cuatro personas y entre estos siempre estaba gente como estos compañeros de UPyD. Aquello me tocó y me cabreaba la cobardía generalizada. Carlos Martínez Gorriarán además tiene una potencia intelectual que yo he visto pocas veces. Álvaro (Anchuelo) es una persona encantadora, con una capacidad de trabajo brutal y un cerebrito increíble. Por último, Irene (Lozano) es una tía a la que admiro mucho, con mucho conocimiento sobre la política, muy cañera y muy valiente. Creo que formamos un grupo curioso porque somos muy distintos y nos hemos complementado bien a la hora de hacer el trabajo en el Congreso.
En las jornadas de puertas abiertas del Congreso colgaron ustedes en sus dependencias dentro del edificio un cartel en el que se leía “zona libre de corruptos”. ¿No cree que de alguna manera es un tipo de populismo? Postureo anticorrupción que lo llamarían ahora…
No es postureo, tenemos cero imputados y no hay ningún partido del Congreso que pueda decir eso. Esto era una mera anécdota que se sobredimensionó por la torpeza de la gente que retiró el cuadro por orden de Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados. Todos los años colgamos uno; el año pasado fue el del reparto del Consejo Superior del Poder Judicial y tuvo bastante trastendencia, pero no similar a la de este año. Insisto en que no es postureo, es un orgullo estar libre de corruptos. No significa que seamos mejores que los demás, sino que tenemos mecanismos que permiten que no haya corruptos. Con este tema el partido no se corta un duro; si lo hubiera, que todavía no ha sido así, saldría pintando de aquí, no existiría ese proteccionismo que sí tienen los demás.
Hablando de corrupción: ¿Qué ha sucedido para que el juez Andreu haya rechazado la petición de UPyD de cárcel para Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, y les acuse de afán de notoriedad y de formular una petición basada en hipótesis?
Nosotros no estamos en absoluto de acuerdo con eso que dice el juez Andreu. Hemos llevado a Bankia a la Audiencia Nacional y no fue por afán de notoriedad, fue porque quien debía hacerlo no lo hizo. Ante una jusicia politizada, una Fiscalía que no funciona y unos controles que debieran ser independientes y no lo son, al final hay gente como UPyD que tenemos que hacer el trabajo que no nos corresponde y que nos cuesta una pasta. Eso no es afán de notoriedad, es hacer la labor que otros no hacen y punto.
¿En qué situación se encuentra ahora la relación de UPyD con Ciudadanos? ¿Las puertas están cerradas para una fusión total y solo se juntaran para pactos puntuales?
Yo iría poquito a poquito. Fusionar dos partidos es una cosa compliada y creo que habría que ir hablando primero de colaborar en las instituciones en las que estemos representados Ciudadanos y UPyD. Quizás eso haga que nos vayamos acercando, conociéndonos mejor y decidiendo compartir aventuras de otra forma.
Dígame qué es lo que más y lo que menos le gusta de Ciudadanos.
Discrepo con ellos fundamentalmente en la forma de crecimiento. Nosotros hemos optado por uno mucho más lento y conservador y ellos están sumando a quien sea. Eso me parece peligroso, sobre todo en las listas municipales. Hay partidos locales que entran en Ciudadanos y esa es una fórmula que nosotros no utilizamos ni de coña. Nadie me puede decir lo que van a votar esas personas ni qué ideología tenían anteriormente. No todo vale.
¿Y qué le parece Albert Rivera, líder de Ciudadanos?
Es un buen político y un buen comunicador.
Dentro de unos meses volverá a la Comunidad Valenciana. ¿A qué se debe esta decisión?
Vuelvo a casa, no necesito dar ninguna gran explicación. Me ilusiona encabezar un proyecto del partido ahora que he adquirido cierta experiencia en el Congreso. Además, la situación de la Comunidad Valenciana es tan terrorífica que me apetece aportar mi granito de arena y mis soluciones. Creo que liderando la candidatura de UPyD tenemos opciones de conseguir un buen resultado y quiero presentar algo que ilusione a la sociedad valenciana, que está harta de oír hablar todo el día los problemas de corrupción, crisis o deuda, y que consiga crear empleo.
El Tribunal Superior de Valencia ha procesado a una veintena de personas, entre las que están destacados miembros del PP como el exvicepresidente valenciano Vicente Rambla, el exsecretario del PPCV Ricardo Costa y el cabecilla de la trama Gürtel en Valencia Álvaro Pérez “El Bigotes”, por delito electoral y falsedad en elecciones de 2007 y 2008. A esto le añadimos el aeropuerto de Castellón o la figura de Sonia Castedo en el Ayuntamiento de Alicante y queda un cóctel explosivo. ¿Ha pensado bien lo de dejar el Congreso y cambiarlo por las Cortes Valencianas?
Es precisamente ese percal el que me empuja hacia allí. La situación es grave y es urgente que existan otras opciones. Creo que en la Comunidad Valenciana va a haber un horizonte más plurar que en otros lugares, con más fuerzas representadas, y eso será bueno. De este modo se acabará una mayoría absoluta y se tendrá que entrar en acuerdos y pactos, diálogo al fin y al cabo.
Enumere las medidas que debería tomar cualquiera que acceda al cargo de presidente de la Generalitat Valenciana mañana mismo.
Hay dos cosas fundamentales: nos han robado y han malgastado nuestro dinero. Hay que conseguir poner los límites para que no nos roben más y averiguar cúanto se robó y quiénes son los responsables. La corrupción tiene un coste político muy importante pero también tiene un coste económico brutal. La Universidad de Las Palmas lo cifrá en 40.000 millones de euros al año en España. Hay que hacer una poda del gasto improductivo en las administraciones publicas. Yo no hablo de quitar médicos, jueces, bomberos o policías; me refiero a los asesores, enchufados, diputaciones, fundaciones y sociedades publicas que solo sirven para colocar al personal del partido. Hay que conseguir que las inversiones del Estado sean productivas. No quiero aeropuertos de Castellón, quiero corredores mediterráneos. Hay que poner a la administración al servicio de las empresas para crear empleo y promover ventajas fiscales. Debemos pensar qué modelo de ciudad queremos y en qué los principales lugares de la Comunidad Valenciana pueden explotar fortalezas para competir en un mundo global. En defiitiva, hay que poner las infraestructuras al servicio de las empresas y de la productividad, no como hasta ahora, para ganar elecciones. El AVE está muy bien, pero lo estaría también el Corredor Mediterráneo que permitiese que muchas de las industrias de la Comunidad Valenciana fuesen más competitivas. Hay que ayudar a exportar y a que crezca el comercio interno. Queda mucho por hacer y espero saber explicarlo con la ayuda del buen equipo que estoy armando.
Yo iría poquito a poquito. Fusionar dos partidos es una cosa compliada y creo que habría que ir hablando primero de colaborar en las instituciones en las que estemos representados Ciudadanos y UPyD. Quizás eso haga que nos vayamos acercando, conociéndonos mejor y decidiendo compartir aventuras de otra forma.
Dígame qué es lo que más y lo que menos le gusta de Ciudadanos.
Discrepo con ellos fundamentalmente en la forma de crecimiento. Nosotros hemos optado por uno mucho más lento y conservador y ellos están sumando a quien sea. Eso me parece peligroso, sobre todo en las listas municipales. Hay partidos locales que entran en Ciudadanos y esa es una fórmula que nosotros no utilizamos ni de coña. Nadie me puede decir lo que van a votar esas personas ni qué ideología tenían anteriormente. No todo vale.
¿Y qué le parece Albert Rivera, líder de Ciudadanos?
Es un buen político y un buen comunicador.
Dentro de unos meses volverá a la Comunidad Valenciana. ¿A qué se debe esta decisión?
Vuelvo a casa, no necesito dar ninguna gran explicación. Me ilusiona encabezar un proyecto del partido ahora que he adquirido cierta experiencia en el Congreso. Además, la situación de la Comunidad Valenciana es tan terrorífica que me apetece aportar mi granito de arena y mis soluciones. Creo que liderando la candidatura de UPyD tenemos opciones de conseguir un buen resultado y quiero presentar algo que ilusione a la sociedad valenciana, que está harta de oír hablar todo el día los problemas de corrupción, crisis o deuda, y que consiga crear empleo.
El Tribunal Superior de Valencia ha procesado a una veintena de personas, entre las que están destacados miembros del PP como el exvicepresidente valenciano Vicente Rambla, el exsecretario del PPCV Ricardo Costa y el cabecilla de la trama Gürtel en Valencia Álvaro Pérez “El Bigotes”, por delito electoral y falsedad en elecciones de 2007 y 2008. A esto le añadimos el aeropuerto de Castellón o la figura de Sonia Castedo en el Ayuntamiento de Alicante y queda un cóctel explosivo. ¿Ha pensado bien lo de dejar el Congreso y cambiarlo por las Cortes Valencianas?
Es precisamente ese percal el que me empuja hacia allí. La situación es grave y es urgente que existan otras opciones. Creo que en la Comunidad Valenciana va a haber un horizonte más plurar que en otros lugares, con más fuerzas representadas, y eso será bueno. De este modo se acabará una mayoría absoluta y se tendrá que entrar en acuerdos y pactos, diálogo al fin y al cabo.
Enumere las medidas que debería tomar cualquiera que acceda al cargo de presidente de la Generalitat Valenciana mañana mismo.
Hay dos cosas fundamentales: nos han robado y han malgastado nuestro dinero. Hay que conseguir poner los límites para que no nos roben más y averiguar cúanto se robó y quiénes son los responsables. La corrupción tiene un coste político muy importante pero también tiene un coste económico brutal. La Universidad de Las Palmas lo cifrá en 40.000 millones de euros al año en España. Hay que hacer una poda del gasto improductivo en las administraciones publicas. Yo no hablo de quitar médicos, jueces, bomberos o policías; me refiero a los asesores, enchufados, diputaciones, fundaciones y sociedades publicas que solo sirven para colocar al personal del partido. Hay que conseguir que las inversiones del Estado sean productivas. No quiero aeropuertos de Castellón, quiero corredores mediterráneos. Hay que poner a la administración al servicio de las empresas para crear empleo y promover ventajas fiscales. Debemos pensar qué modelo de ciudad queremos y en qué los principales lugares de la Comunidad Valenciana pueden explotar fortalezas para competir en un mundo global. En defiitiva, hay que poner las infraestructuras al servicio de las empresas y de la productividad, no como hasta ahora, para ganar elecciones. El AVE está muy bien, pero lo estaría también el Corredor Mediterráneo que permitiese que muchas de las industrias de la Comunidad Valenciana fuesen más competitivas. Hay que ayudar a exportar y a que crezca el comercio interno. Queda mucho por hacer y espero saber explicarlo con la ayuda del buen equipo que estoy armando.
En los últimos tiempos se está dando en la política española un cambio de rostros en los cabezas de cartel con gente como Pedro Sánchez, Alberto Garzón o Pablo Iglesias. ¿Qué le parecen?
Los tres me parecen meros cambios cosméticos y más política vieja. Alberto Garzón y Pedro Sánchez pertenecen a dos partidos que para mí son antiguos y tengo esperanzas de que la política se empiece a practicar de otra forma muy distinta. Pablo Iglesias en poco tiempo ha demostrado ser igual que la casta que él denuncia. Un partido que presenta un proyecto, lo cambia al mes e incumple muchas de las cosas que quiere practicar es, como te decía, la misma casta que ellos denuncian. El modelo y el discurso de Podemos me suena muy antiguo.
¿Quiere decir que son rostros nuevos con formaciones antiguas?
Sí, eso es.
En los comicios europeos, Podemos sacaron un europarlamentario más que UPyD. Pese a que su partido lleva años en la actividad política, ¿creen que han sido superados por estos?
No es un problema de UPyD, han cogido votos de todos los partidos. Supieron canalizar las ganas de parte de la ciudadanía de dar una patada al sistema a través de un programa en el que mentían y, además, lo supieron comunicar muy bien. Nos metemos mucho con el Partido Popular porque presentaron un programa que sabían que no iban a poder cumplir, pero es que Podemos hicieron lo mismo. Intuían perfectamente que dos o tres de las medidas estrellla que proponían no se podían realizar. En los momentos que vive el país, eso me parece de una irresponsabilidad total.
Comentemos la actualidad. Usted ha tenido alguna polémica sobre las corridas de toros. ¿Cuál es su postura? ¿Corridas de todos sí o no?
No estoy a favor de la ilegalización ni de la subvención. Es algo que el propio mercado irá decidiendo.
Pese a ser actor, viene de una familia de médicos. ¿Cómo valora la gestión de Ana Mato al frente del ministerio de Sanidad y la elección de Alfonso Alonso como sustituto?
El cambio de Ana Mato por Alfonso Alonso al frente de Sanidad es anecdótico. No van a cambiar las políticas, es como el trueque de Pedro Sánchez por Alfredo Pérez Rubalcaba. El problema fundamental es que no pintan nada, puesto que son ministros con la competencia cedida a las comunidades autónomas. No existe una herramienta para que el ministro pueda garantizar la igualdad en el territorio español. Ahora mismo es muy distinta la capacidad que tiene la Administración de cuidar a una persona dependiendo de lugar donde resida. En UPyD esto nos parece enormemente injusto, y, además, esto provoca que la gestión sea más cara, ineficaz y desigual. Se ha roto la universilaridad de la sanidad y en ocasiones se ha politizado la dirección de hospitales públicos o la construcción de estos para ganar elecciones. Es una irresponsabilidad que habrá que ir corrigiendo.
¿Qué tiene que decir de la gestión de la cultura por parte del Gobierno?
Es inexistente. Han retirado la política de subvención, que no funcionaba porque creaba redes clientelares y cada partido tenía su gente a la que se las cedía, pero no han presentado una alternativa. Los políticos tenemos que alejarnos de esto y deben ser los técnicos los que decidan, pero yo hubiese preferido una política de incentivos generalizados y no tanto de subvenciones puntuales. Si sumas crisis económica, retirada de subvenciones y subida del IVA, es una bofetada al sector brutal. No hay una alternativa, no tanto para el cine pero sí para las artes escénicas o para el tercer sector. La ley de mecenazgo es necesaria y el Partido Popular ha dejado al sector en una tierra de nadie de la que será difícil salir.
Sobre política penitenciaria: ¿Hay que acercar a los presos de ETA a las cárceles vascas u opina que la dispersión es necesaria?
La dispersión funciona, es necesaria y es una herramienta legal que han utilizado todos los gobiernos para presionar a una banda terrorista. Los etarras tienen que cumplir de manera íntegra sus condenas. Pedir perdón está bien pero el arrepentimiento se demuestra con hechos. No es tanto disculparse como colaborar con los cientos de crímenes que hay sin resolver. Se cometió una grandísima equivocación, ETA estaba derrotada gracias al trabajo de las fuerzas de seguridad y no se les debía dar ni media concesión.
No sé si es futbolero o no, pero seguro que no es ajeno a los incidentes ocurridos alrededor de este deporte. ¿Qué se está haciendo mal para que se llegue a este punto? ¿No había precedentes suficientes en España como para actuar antes de la última muerte?
Hubo fallos, porque aquello se planeó y se erró en la capacidad de detectar esa pelea y prevenirla. Es evidente que ciertos equipos de fútbol han convivido y han permitido todo a estas pandillas de impresentables porque les convenía. Es algo generalizado aunque haya clubes que se han comportado mejor que otros. No se ha sido duro con los ultras, se les ha utilizado para ciertas cosas puesto que les venía bien y este es el precio que estamos pagando. Los clubes de deporte tienen que incentivar y premiar comportamientos deportivos, y, por lo tanto, ejemplares.
Ya que es actor, terminemos hablando de cine.
Me gustaría ver más películas de las que me permite mi vida en el Congreso de los Diputados. Me produce alegría que haya sido un año bueno para la taquilla del cine español, aunque se deba a dos o tres éxitos puntuales y no tanto a que exista una industria robusta que produjera muchas películas. Las cosas hasta ahora se han hecho muy mal. Se ha tenido completamente fuera del foco el resultado de los largometrajes y muchas veces se ha hecho negocio con un film independientemente de que funcionara o no. También se ha perdido de vista al espectador y no se han contado historias que estaban pegadas a lo que la gente demandaba. Creo que el mundo del cine ha sido partidista; se la montaron en los Goya al PP pero no a José Luis Rodríguez Zapatero, que se lo merecía igual o más. Hay una parte de la sociedad española que se ha visto alejada de nosotros, los actores. No se cumplió con el objetivo de la cultura, que es ser crítico con el poder venga de donde venga. Eso se está pagando.
Los tres me parecen meros cambios cosméticos y más política vieja. Alberto Garzón y Pedro Sánchez pertenecen a dos partidos que para mí son antiguos y tengo esperanzas de que la política se empiece a practicar de otra forma muy distinta. Pablo Iglesias en poco tiempo ha demostrado ser igual que la casta que él denuncia. Un partido que presenta un proyecto, lo cambia al mes e incumple muchas de las cosas que quiere practicar es, como te decía, la misma casta que ellos denuncian. El modelo y el discurso de Podemos me suena muy antiguo.
¿Quiere decir que son rostros nuevos con formaciones antiguas?
Sí, eso es.
En los comicios europeos, Podemos sacaron un europarlamentario más que UPyD. Pese a que su partido lleva años en la actividad política, ¿creen que han sido superados por estos?
No es un problema de UPyD, han cogido votos de todos los partidos. Supieron canalizar las ganas de parte de la ciudadanía de dar una patada al sistema a través de un programa en el que mentían y, además, lo supieron comunicar muy bien. Nos metemos mucho con el Partido Popular porque presentaron un programa que sabían que no iban a poder cumplir, pero es que Podemos hicieron lo mismo. Intuían perfectamente que dos o tres de las medidas estrellla que proponían no se podían realizar. En los momentos que vive el país, eso me parece de una irresponsabilidad total.
Comentemos la actualidad. Usted ha tenido alguna polémica sobre las corridas de toros. ¿Cuál es su postura? ¿Corridas de todos sí o no?
No estoy a favor de la ilegalización ni de la subvención. Es algo que el propio mercado irá decidiendo.
Pese a ser actor, viene de una familia de médicos. ¿Cómo valora la gestión de Ana Mato al frente del ministerio de Sanidad y la elección de Alfonso Alonso como sustituto?
El cambio de Ana Mato por Alfonso Alonso al frente de Sanidad es anecdótico. No van a cambiar las políticas, es como el trueque de Pedro Sánchez por Alfredo Pérez Rubalcaba. El problema fundamental es que no pintan nada, puesto que son ministros con la competencia cedida a las comunidades autónomas. No existe una herramienta para que el ministro pueda garantizar la igualdad en el territorio español. Ahora mismo es muy distinta la capacidad que tiene la Administración de cuidar a una persona dependiendo de lugar donde resida. En UPyD esto nos parece enormemente injusto, y, además, esto provoca que la gestión sea más cara, ineficaz y desigual. Se ha roto la universilaridad de la sanidad y en ocasiones se ha politizado la dirección de hospitales públicos o la construcción de estos para ganar elecciones. Es una irresponsabilidad que habrá que ir corrigiendo.
¿Qué tiene que decir de la gestión de la cultura por parte del Gobierno?
Es inexistente. Han retirado la política de subvención, que no funcionaba porque creaba redes clientelares y cada partido tenía su gente a la que se las cedía, pero no han presentado una alternativa. Los políticos tenemos que alejarnos de esto y deben ser los técnicos los que decidan, pero yo hubiese preferido una política de incentivos generalizados y no tanto de subvenciones puntuales. Si sumas crisis económica, retirada de subvenciones y subida del IVA, es una bofetada al sector brutal. No hay una alternativa, no tanto para el cine pero sí para las artes escénicas o para el tercer sector. La ley de mecenazgo es necesaria y el Partido Popular ha dejado al sector en una tierra de nadie de la que será difícil salir.
Sobre política penitenciaria: ¿Hay que acercar a los presos de ETA a las cárceles vascas u opina que la dispersión es necesaria?
La dispersión funciona, es necesaria y es una herramienta legal que han utilizado todos los gobiernos para presionar a una banda terrorista. Los etarras tienen que cumplir de manera íntegra sus condenas. Pedir perdón está bien pero el arrepentimiento se demuestra con hechos. No es tanto disculparse como colaborar con los cientos de crímenes que hay sin resolver. Se cometió una grandísima equivocación, ETA estaba derrotada gracias al trabajo de las fuerzas de seguridad y no se les debía dar ni media concesión.
No sé si es futbolero o no, pero seguro que no es ajeno a los incidentes ocurridos alrededor de este deporte. ¿Qué se está haciendo mal para que se llegue a este punto? ¿No había precedentes suficientes en España como para actuar antes de la última muerte?
Hubo fallos, porque aquello se planeó y se erró en la capacidad de detectar esa pelea y prevenirla. Es evidente que ciertos equipos de fútbol han convivido y han permitido todo a estas pandillas de impresentables porque les convenía. Es algo generalizado aunque haya clubes que se han comportado mejor que otros. No se ha sido duro con los ultras, se les ha utilizado para ciertas cosas puesto que les venía bien y este es el precio que estamos pagando. Los clubes de deporte tienen que incentivar y premiar comportamientos deportivos, y, por lo tanto, ejemplares.
Ya que es actor, terminemos hablando de cine.
Me gustaría ver más películas de las que me permite mi vida en el Congreso de los Diputados. Me produce alegría que haya sido un año bueno para la taquilla del cine español, aunque se deba a dos o tres éxitos puntuales y no tanto a que exista una industria robusta que produjera muchas películas. Las cosas hasta ahora se han hecho muy mal. Se ha tenido completamente fuera del foco el resultado de los largometrajes y muchas veces se ha hecho negocio con un film independientemente de que funcionara o no. También se ha perdido de vista al espectador y no se han contado historias que estaban pegadas a lo que la gente demandaba. Creo que el mundo del cine ha sido partidista; se la montaron en los Goya al PP pero no a José Luis Rodríguez Zapatero, que se lo merecía igual o más. Hay una parte de la sociedad española que se ha visto alejada de nosotros, los actores. No se cumplió con el objetivo de la cultura, que es ser crítico con el poder venga de donde venga. Eso se está pagando.