La doce
Por Iván Castillo Otero. Publicado en el número 12 (diciembre 2019).
¿Qué pasó en el año 2014? Ya te hago yo un pequeño resumen. La infanta Cristina declaró durante seis horas en el juicio del caso Nóos y dijo que no sabía nada y que no le constaba nada de lo que hacía su marido, Iñaki Urdangarin. Entre la indiferencia y el rechazo de la ciudadanía, ETA escenificó una especie de desarme. El presidente Yanukóvich abandonó Ucrania y el país se sumió en una crisis que aún hoy no se ha solucionado. Poco después, Rusia se anexionó Crimea. El Atlético ganó la liga y el Real Madrid, la Champions. Nibali ganó el Tour de Francia; Nairo Quintana, el Giro de Italia, y Contador, la Vuelta a España. Podemos irrumpió con cinco escaños en las elecciones europeas. El rey Juan Carlos abdicó e inició el reinado de Felipe VI. Pedro Sánchez ganó sus primeras primarias en el PSOE. La crisis del ébola y el estado de salud de la enfermera Teresa Romero mantuvo al país en vilo. Estados Unidos y Cuba restablecieron sus relaciones. Murieron, entre otros, Gabriel García Márquez, Paco de Lucía, Robin Williams, Peret, Philip Seymour Hoffman, Manu Leguineche, Joe Cocker y Adolfo Suárez.
Pese a que esta humilde revista se empezó a cocer a finales del año 2013, el primer número de 12 pulgadas, el 0, vio la luz en febrero de 2014. Podía haber empezado por el número 1, pero así se me ocurrió y así pasará a la posteridad. No es algo rompedor, porque otras publicaciones también han utilizado esta fórmula y, en otros ámbitos como el de la televisión, las series tienen un capítulo piloto que es habitual que no se tenga en cuenta como el número 1. Rompedor fue lo de Jorge Oteiza en el friso de la basílica de Aránzazu. El artista vasco puso catorce apóstoles en vez de doce y semejante atrevimiento le costó algún que otro disgusto. Solía decir que puso catorce porque no le cabían más.
El número 0 cumple seis años en febrero de 2020 y este, pese a ser el decimotercer 12 pulgadas que hacemos, es el número 12. Tal vez no es una efeméride redonda, pero me hace cierta ilusión que este sea el doce de 12 pulgadas. Tiene su mérito haber llegado hasta este punto, ya que no es poco el trabajo que da la santa revista, pero dicen que sarna con gusto no pica.
No soy muy amigo de este tipo de columnas para hablar de uno mismo, pero la ocasión lo merecía. ¿El futuro? No lo sé. Es probable que el año que viene salga un nuevo número de la revista, pero tampoco lo puedo asegurar. Todo depende de las ganas que haya en verano, que es cuando se empieza a gestar. Por ahora, y aprovechando la coyuntura, me gustaría agradecer su esfuerzo y entrega a todos los que han colaborado con sus textos y fotografías en 12 pulgadas. Para vivir del amor al arte, hemos llegado más lejos de lo que yo pensaba allá por 2013.
Pese a que esta humilde revista se empezó a cocer a finales del año 2013, el primer número de 12 pulgadas, el 0, vio la luz en febrero de 2014. Podía haber empezado por el número 1, pero así se me ocurrió y así pasará a la posteridad. No es algo rompedor, porque otras publicaciones también han utilizado esta fórmula y, en otros ámbitos como el de la televisión, las series tienen un capítulo piloto que es habitual que no se tenga en cuenta como el número 1. Rompedor fue lo de Jorge Oteiza en el friso de la basílica de Aránzazu. El artista vasco puso catorce apóstoles en vez de doce y semejante atrevimiento le costó algún que otro disgusto. Solía decir que puso catorce porque no le cabían más.
El número 0 cumple seis años en febrero de 2020 y este, pese a ser el decimotercer 12 pulgadas que hacemos, es el número 12. Tal vez no es una efeméride redonda, pero me hace cierta ilusión que este sea el doce de 12 pulgadas. Tiene su mérito haber llegado hasta este punto, ya que no es poco el trabajo que da la santa revista, pero dicen que sarna con gusto no pica.
No soy muy amigo de este tipo de columnas para hablar de uno mismo, pero la ocasión lo merecía. ¿El futuro? No lo sé. Es probable que el año que viene salga un nuevo número de la revista, pero tampoco lo puedo asegurar. Todo depende de las ganas que haya en verano, que es cuando se empieza a gestar. Por ahora, y aprovechando la coyuntura, me gustaría agradecer su esfuerzo y entrega a todos los que han colaborado con sus textos y fotografías en 12 pulgadas. Para vivir del amor al arte, hemos llegado más lejos de lo que yo pensaba allá por 2013.