Equipo Crónica, el color que tiñe la oscuriad
Texto y fotografías por Silvia Cantera. Publicado en el número 7 (junio 2015).
Entrar al Bellas Artes de Bilbao con esta exposición fue lo más parecido a sumergirse en las páginas de un cómic. Colores intensos, trazos divertidos e ironía a raudales se dieron cita en las salas de un museo acostumbrado a trabajos más sobrios y serios. Equipo Crónica nació de la unión de tres artistas valencianos en 1964. Rafael Solbes, Manuel Valdés y Joan Antoni Toledo, quien abandonó el grupo a los pocos meses, firman esta amplia colección de 146 piezas en las que no faltan las pinturas, las esculturas, los dibujos, los grabados y los carteles. Se trata de un análisis lleno de ironía de un país en plena dictadura y que posteriormente tuvo que hacer frente a importantes cambios políticos. Además, los visitantes encontraban documentación original del movimiento Estampa Popular de Valencia, en el que los tres participaron antes de confeccionar su propia firma, y de los comienzos del grupo.
La exposición, que estuvo en Bilbao hasta el 18 de mayo, es la retrospectiva más amplia que se ha dedicado al grupo valenciano. Fue contemplada por miles de visitantes que consiguieron reconocer en los cuadros a personajes tan dispares como El Greco o Mickey Mouse, así como homenajes al Guernica de Picasso. Su crítica a la dictadura franquista, dura y sin miramientos, es una de las claves de esta variada muestra que tiene aún más valor si se tiene en cuenta que algunas de las obras tienen ya medio siglo.
Los inicios del arte pop de Equipo Crónica se situaban en la sala 33, en el edificio moderno del museo. Aunque este espacio sea mucho más pequeño, ayuda a conocer cómo se fue forjando el grupo y las principales inquietudes de los artistas. El movimiento Estampa Popular nació en Madrid y se extendió por distintos lugares de España, como Euskadi, donde captó la atención de personas como Agustín Ibarrola. Homenajes a Antonio Machado y reconocimientos a Picasso en forma de pinturas alegres son algunos de los trabajos que ayudan a saber más sobre sus inicios. Tomando los medios de comunicación como punto de partida, sus diseños hacen especial hincapié en la actualidad social y política. Lo más llamativo de esta etapa es que ya por aquel entonces, cuando la censura estaba a la orden del día, comenzaron a dejar clara su repulsa al régimen y las ansias de vivir en libertad.
Era recomendable descubrir sus primeras inmersiones en el mundo del arte antes de entrar en la sala BBK, que recogía los mejores trabajos de sus distintas etapas. El Greco, Velázquez, Goya y sus cuadros más famosos protagonizan algunas de las series de sus inicios. El recorrido comenzaba con su propia visión de un Guernica en el que la matanza parece haber sido obra de cualquiera de los personajes de Marvel. El caballero con la mano en el pecho tiene su propio puño americano y el hombre con la manzana en la cara que pintó René Magritte comparte obra con alguno de los relojes de Dalí. Su particular visión del arte que todos reconocemos conseguía las carcajadas y la sorpresa de los visitantes.
Aunque sin abandonar del todo los toques de color, las obras dedicadas a la represión de la policía durante los últimos años del régimen y la serie negra acogían los trabajos más oscuros de la muestra. La violencia es uno de los ejes centrales de esta etapa en la que no faltó el más mínimo detalle. Desde rostros con los ojos tapados hasta la portada del periódico amarillo El Caso, los artistas utilizan sus creaciones para mostrar su punto de vista sobre los años 1971 y 1972.
Una de las principales características de Equipo Crónica es su versatilidad. A pesar de tener un estilo propio muy marcado, las temáticas pueden ser de lo más dispares. El grupo también se atrevió con los retratos, los bodegones y los paisajes, que a priori no tendrían espacio en su colección. Vuelven a ser cuadros sobre cuadros, una nueva aportación surgida tras mirar a través de la ironía con la que envuelven cada una de sus creaciones. Además, demuestran que los marcos no tienen por qué delimitar el final de las pinturas, por lo que pasan a formar parte de la propia obra.
Cuadros de dimensiones enormes plagados de pequeños detalles son otros de sus principales atractivos. A medida que avanzaba la exposición, los temas que se trataban eran más variados. El maltrato animal hacía acto de presencia, aunque no se dejaba de lado la opresión a la que seguía haciendo frente el país en aquella época. La serie El Paredón da buena cuenta de ello. Todos los cuadros que forman parte de ella siguen el mismo esquema y cuentan con un calendario que indica que es 27 de septiembre. Ese día de 1975 se produjeron las últimas ejecuciones del franquismo. Tampoco faltan una línea negra en señal de luto, una paleta rota y los ojos tapados de cada uno de los personajes. Esta sala está, además, vigilada por dos esculturas que formaron parte de un centenar de piezas que realizaron para Encuentros de Pamplona de 1972. Fueron colocadas entre el público que asistió al festival para poner de relieve el falso clima de libertad y, ahora, eran un espectador más.
Con la serie La partida de billar se producía un ligero cambio. El grupo, que por aquel momento llevaba ya varios años como dúo, se centra en un juego que parecía pasado de moda, tal y como estaba ocurriendo con la pintura. Esta vez dejan de basarse en cuadros de otros artistas para tomar como punto de partida fotos sacadas por ellos mismos o captadas por el objetivo de su amigo Francisco Alberola para crear escenas surgidas junto a una mesa.
Durante los cuatro últimos años, el grupo no logró las buenas críticas cosechadas años atrás. Algunas de estas obras surgirán después del viaje por Europa que emprendieron los dos artistas con el objetivo de conocer nuevas fuentes de inspiración y dejar de tener que soportar una realidad política que no les satisfacía. La trayectoria de Equipo Crónica llegó a su fin en 1982 con la muerte de Solbes. Y aunque terminó así uno de los capítulos más importantes del arte español del siglo XX, sus creaciones siguen siendo objeto de admiración por la valentía de atreverse a denunciar el yugo que tantas familias tuvieron que soportar durante años. Más aun teniendo en cuenta que cincuenta años después sus duras críticas logran incluso arrancar la sonrisa de quienes contemplan su colección.
La exposición, que estuvo en Bilbao hasta el 18 de mayo, es la retrospectiva más amplia que se ha dedicado al grupo valenciano. Fue contemplada por miles de visitantes que consiguieron reconocer en los cuadros a personajes tan dispares como El Greco o Mickey Mouse, así como homenajes al Guernica de Picasso. Su crítica a la dictadura franquista, dura y sin miramientos, es una de las claves de esta variada muestra que tiene aún más valor si se tiene en cuenta que algunas de las obras tienen ya medio siglo.
Los inicios del arte pop de Equipo Crónica se situaban en la sala 33, en el edificio moderno del museo. Aunque este espacio sea mucho más pequeño, ayuda a conocer cómo se fue forjando el grupo y las principales inquietudes de los artistas. El movimiento Estampa Popular nació en Madrid y se extendió por distintos lugares de España, como Euskadi, donde captó la atención de personas como Agustín Ibarrola. Homenajes a Antonio Machado y reconocimientos a Picasso en forma de pinturas alegres son algunos de los trabajos que ayudan a saber más sobre sus inicios. Tomando los medios de comunicación como punto de partida, sus diseños hacen especial hincapié en la actualidad social y política. Lo más llamativo de esta etapa es que ya por aquel entonces, cuando la censura estaba a la orden del día, comenzaron a dejar clara su repulsa al régimen y las ansias de vivir en libertad.
Era recomendable descubrir sus primeras inmersiones en el mundo del arte antes de entrar en la sala BBK, que recogía los mejores trabajos de sus distintas etapas. El Greco, Velázquez, Goya y sus cuadros más famosos protagonizan algunas de las series de sus inicios. El recorrido comenzaba con su propia visión de un Guernica en el que la matanza parece haber sido obra de cualquiera de los personajes de Marvel. El caballero con la mano en el pecho tiene su propio puño americano y el hombre con la manzana en la cara que pintó René Magritte comparte obra con alguno de los relojes de Dalí. Su particular visión del arte que todos reconocemos conseguía las carcajadas y la sorpresa de los visitantes.
Aunque sin abandonar del todo los toques de color, las obras dedicadas a la represión de la policía durante los últimos años del régimen y la serie negra acogían los trabajos más oscuros de la muestra. La violencia es uno de los ejes centrales de esta etapa en la que no faltó el más mínimo detalle. Desde rostros con los ojos tapados hasta la portada del periódico amarillo El Caso, los artistas utilizan sus creaciones para mostrar su punto de vista sobre los años 1971 y 1972.
Una de las principales características de Equipo Crónica es su versatilidad. A pesar de tener un estilo propio muy marcado, las temáticas pueden ser de lo más dispares. El grupo también se atrevió con los retratos, los bodegones y los paisajes, que a priori no tendrían espacio en su colección. Vuelven a ser cuadros sobre cuadros, una nueva aportación surgida tras mirar a través de la ironía con la que envuelven cada una de sus creaciones. Además, demuestran que los marcos no tienen por qué delimitar el final de las pinturas, por lo que pasan a formar parte de la propia obra.
Cuadros de dimensiones enormes plagados de pequeños detalles son otros de sus principales atractivos. A medida que avanzaba la exposición, los temas que se trataban eran más variados. El maltrato animal hacía acto de presencia, aunque no se dejaba de lado la opresión a la que seguía haciendo frente el país en aquella época. La serie El Paredón da buena cuenta de ello. Todos los cuadros que forman parte de ella siguen el mismo esquema y cuentan con un calendario que indica que es 27 de septiembre. Ese día de 1975 se produjeron las últimas ejecuciones del franquismo. Tampoco faltan una línea negra en señal de luto, una paleta rota y los ojos tapados de cada uno de los personajes. Esta sala está, además, vigilada por dos esculturas que formaron parte de un centenar de piezas que realizaron para Encuentros de Pamplona de 1972. Fueron colocadas entre el público que asistió al festival para poner de relieve el falso clima de libertad y, ahora, eran un espectador más.
Con la serie La partida de billar se producía un ligero cambio. El grupo, que por aquel momento llevaba ya varios años como dúo, se centra en un juego que parecía pasado de moda, tal y como estaba ocurriendo con la pintura. Esta vez dejan de basarse en cuadros de otros artistas para tomar como punto de partida fotos sacadas por ellos mismos o captadas por el objetivo de su amigo Francisco Alberola para crear escenas surgidas junto a una mesa.
Durante los cuatro últimos años, el grupo no logró las buenas críticas cosechadas años atrás. Algunas de estas obras surgirán después del viaje por Europa que emprendieron los dos artistas con el objetivo de conocer nuevas fuentes de inspiración y dejar de tener que soportar una realidad política que no les satisfacía. La trayectoria de Equipo Crónica llegó a su fin en 1982 con la muerte de Solbes. Y aunque terminó así uno de los capítulos más importantes del arte español del siglo XX, sus creaciones siguen siendo objeto de admiración por la valentía de atreverse a denunciar el yugo que tantas familias tuvieron que soportar durante años. Más aun teniendo en cuenta que cincuenta años después sus duras críticas logran incluso arrancar la sonrisa de quienes contemplan su colección.